القوي
كلمة (قوي) في اللغة صفة مشبهة على وزن (فعيل) من القرب، وهو خلاف...
Narró Yabir ibn Abdullah -Al-lah esté complacido con él- que el profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- siempre que le pedían algo nunca decía: no, Anas -Al-lah esté complacido con él- narró: cuando un nuevo musulmán le pedía algo al profeta nunca se lo negaba, un hombre vino a pedirle y él le regaló un rebaño de ovejas que pastaba entre dos montañas, ese hombre regresó a su pueblo y dijo: ¡Pueblo mío! Conviértanse al islam, ya que Muhammad da caridades sin temerle a la pobreza, aunque al principio la persona se convertía solo buscando lo mundanal, esa situación era solo momentánea después el islam se volvía mas amado para el que esta vida y lo que hay en ella.
Significado del hadiz: al profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- nadie le pedía nada material sin que él se lo negara, si tenía le daba o le decía palabras de aliento, aplicando la palabra de Al-lah en el Corán: (No rechaces al mendigo) 93: 10, transmitido por Bujari, en el libro de los modales. Anas narró que el profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- “era misericordioso, cuando alguien venía a él pidiéndole nunca lo rechazaba, y si tenía le daba” calificado por el Shaikh Albani como correcto en los comentarios sobre los modales (página 145), narró Abu Huraira -Al-lah esté complacido con él- que un hombre vino ante el profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- a pedirle, él mando a preguntarle a sus esposas si tenían algo para dar, y ellas dijeron: no tenemos sino agua, el profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- dijo: “Quien pone o aumenta algo a esto” transmitido por Bujari (3798), en otra transmisión de Bujari número (2093) se narra que Sahl Ibn Sad -Al-lah esté complacido con él- dijo: vino una mujer con una túnica ante el profeta para obsequiársela y dijo: ¡Mensajero de Al-lah! la he tejido con mis propias manos, el profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- la tomó pues la necesitaba, después de un rato, el profeta salió de su casa con la túnica puesta y un hombre del pueblo dijo: ¡Mensajero de Al-lah! me la podrías regalar para poder usarla y el respondió: “Si” el profeta estuvo un tiempo sentado con las personas después se levantó la dobló y se la envió al hombre que se la había pedido, las personas lo reprendieron y le dijeron: no está bien lo que hiciste, se la pediste sabiendo que él nunca niega nada, el hombre dijo: ¡Por Al-lah! no se la pedí sino para que fuera mi mortaja el día que muera, Sahl dijo: y fue su mortaja”. Esta era la forma de ser del profeta -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- con quien le pedía, si tenía le daba, aunque él estuviera en necesidad de ello, si no tenia que dar se disculpaba y le prometía que intercedería por él ante sus compañeros para ver quien le daba, eso era parte de su nobleza, generosidad y buenos modales, -que Al-lah lo bendiga y le de paz-.