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El amor devocional en el Islam

الإسبانية - Español

المؤلف Abdurrahman ibn Hasan Ali-Shaij ، Muhammad Isa Garcia
القسم مقالات
النوع نصي
اللغة الإسبانية - Español
المفردات المنجيات - العبادة
El amor devocional en el Islam

التفاصيل

Dijo Alá I: “Di: Si verdaderamente amáis a Alá ¡Seguidme! Y Alá os amará y os perdonará los pecados”. (3:31) Esta Aleya se llama la Aleya del amor y la devoción. Se dice que un grupo de gente afirmó pretendidamente amar a Alá I, y fue entonces cuando fue revelada la Aleya demostrando que el amor a Alá I tiene una prueba y un resultado. La prueba es seguir al Mensajero de Alá r y el resultado es el amor por el Profeta r. Dice Alá: “Diles [¡Oh, Muhammad!]: Si vuestros padres, hijos, hermanos, esposas y familiares, los bienes que hayáis adquirido, los negocios que temáis perder y las propiedades que poseáis y os agraden son más amados para vosotros que Alá, Su Mensajero y la lucha por Su causa, pues entonces esperad que os sobrevenga el castigo de Alá”. (9:24) Alá I ordenó a su Profeta r que advierta a aquellos que dan prioridad a sus familias, bienes, clanes, negocios y viviendas a cuanto les ha ordenado Alá I y le complace. Dijo Ibn Kazîr: “Es decir, si todas esas cosas os son más amadas que Alá, entonces tened por seguro que os alcanzará Su castigo.” Todo esto demuestra la importancia de priorizar siempre aquello que ama y complace a Alá. Por eso se debe amar lo que ama Alá I y odiar lo que odia Alá I siguiendo siempre el ejemplo del Mensajero de Alá r. Dijo Alá I: “¡Oh, creyentes! Si algunos de vosotros reniegan de su religión, Alá les suplantará por otros a los que amará y ellos Le amarán, y que serán compasivos con los creyentes, severos con los incrédulos, y combatirán por la causa de Alá sin temer algún reproche”. (5:54) En esta Aleya se mencionan cuatro características: La humildad para con los creyentes, es decir comprensivos, cariñosos, complaciente. 1. Pero estrictos y firmes con los incrédulos. 2. La lucha en el camino y la causa de Alá I con las palabras, los bienes y los hechos, y todo esto es una demostración del amor y la devoción. 3. No temen a los reproches, y ésta es una prueba del amor incondicional y la devoción. Dijo Alá I: “Estos buscan el medio de acercarse más a su Señor, anhelan Su misericordia y temen Su castigo”. (17:57), en esta Aleya se mencionan tres estados: 1. El amor, que significa el anhelo de Su cercanía y complacencia. 2. Acceder a Su complacencia a través de las obras piadosas. 3. El anhelo y el temor. El siervo se esfuerza por alcanzar la complacencia y la cercanía de su Señor, y ésto es consecuencia del amor y la devoción por la esencia de Alá I, incluso podríamos afirmar que este amor es el motor que impulsa el anhelo de la cercanía. La secta Yahmîah y aquellos que niegan los nombres y atributos de Alá I niegan la existencia de todo lo anteriormente mencionado, ya que ellos niegan que Alá I ame, porque amar es una acción. De esa manera asesinaron la vida y regocijo del corazón y el deleite del espíritu, el mas sublime amor que contiene esta vida y la otra. Ésta es la causa por la que sus corazones son duros y vacíos de todo amor, y los castigó Alá I con la lejanía, un velo los separa de conocer a su Señor, tampoco recuerdan los nombres y atributos de Alá I salvo al momento de negarlos, ya que consideran la mera mención de los atributos y nombres el peor de los pecados. Pero quien encuentra en su corazón la devoción por Alá I y el amor, comprende el desvío en el que han caído y la razón de la dureza de sus corazones. La mejor definición hecha sobre el significado del amor devocional fue expresada por Al-Yunaîd. Dijo Abû Bakr Al-Katanî: “La definición del “amor devocional” fue discutida en la ciudad de La Meca, que Alá I la llene de honor y prestigio, durante los días de la peregrinación (Hayy). Los distintos sabios emitieron sus opiniones al respecto, y Al-Yunaîd, que era el más joven de ellos, fue preguntado: “Dinos tu opinión iraquí”. Entonces Al Yunaîd bajó la cabeza y con los ojos llenos de lágrimas dijo: “Un siervo que pierde la conciencia de sí mismo, entregado al recuerdo de su Señor, cumpliendo con cada una de sus obligaciones, observando a su Señor a través de su corazón, el cual se incendia de reverencia ante su luz, al degustar de la copa de su devoción, al descubrir la vergüenza ante lo oculto. Si luego habla lo hace por Alá, y si se pronuncia lo hace por Alá, y si obra lo hace por la orden de Alá, y si se detiene lo hace con Alá, todo su ser es de Alá, por Alá y junto a Alá”. Ante estas palabras lloraron los sabios allí presentes y dijo uno de ellos: “¿Y quien de nosotros puede agregar algo a tal definición? ¡Que Alá te socorra, oh quien mejor de nosotros conoce a su Señor!” Las obras que acercan al siervo a su Señor y lo entregan al amor devocional son diez: 1. La lectura y reflexión del Sagrado Corán, asimilando sus profundos significados y objetivos. 2. El acercamiento a Alá a través de las obras voluntarias después de cumplidas las obligatorias. 3. La permanencia en su recuerdo con la lengua, el corazón y los miembros del cuerpo, y el porcentaje de amor que alcance será conforme al de su recuerdo. 4. Priorizar el amor por el amado ante las seducciones de la pasión. 5. Abrir el corazón a los nombres y atributos de Alá, y sus manifestaciones, meditando en los parajes de tal sabiduría. 6. Observar las revelaciones de Su benevolencia, Sus gracias y favores, las aparentes y las ocultas. 7. Rendirse ante Su esencia divina. 8. Aprovechar el momento del descenso divino, recitando Su libro, culminando la noche con el arrepentimiento (taûbah) y la petición de perdón (istigfâr)   9. Acompañar a los amantes sinceros de Alá, meditando sobre sus más sublimes palabras, y no hablar a menos que sea estrictamente necesario y productivo para otros. 10. Alejarse de todo aquello que se interponga entre tu corazón y la presencia de Alá I Narró Anas que el Mensajero de Alá r dijo: “Ninguno de vosotros completará su Fe hasta que yo sea más amado para él que su hijo, su padre y toda la humanidad”. “Ninguno de vosotros completará su Fe” mínima obligatoria, hasta que el Mensajero de Alá r le sea más amado que su propio ser. Se relata que ‘Omar Ibn Al Jattâb dijo: “¡Mensajero de Alá! Tú eres más amado para mí que todas las cosas excepto mi propio ser”, entonces le dijo el Profeta r: “no habrá de ser completa tu Fe hasta que sea más amado para ti que tu mismo”. Dijo ‘Omar: “Ahora eres más amado para mí que yo mismo”. Dijo (el Profeta r): “Ahora ‘Omar se ha completado tu Fe” . Quien alega amar al Profeta r pero no sigue su ejemplo ni da prioridad a sus dichos frente a los del resto de la gente, es un mentiroso consigo mismo. Dijo Alá I: “Dicen [los hipócritas]: Creemos en Alá y en el Mensajero, y les obedecemos. Pero luego no obedecen porque realmente no son creyentes”. (24:47) En esta Aleya se niega la existencia de Fe (Imân) de aquellos que se aparten de la obediencia al Mensajero de Alá r. Todo musulmán ama acorde a su grado de Islam, así como todo musulmán debe ser creyente, aunque no sea creyente en su máxima expresión (es decir con su Fe completa), ya que ésto sólo lo alcanzan algunos. Este Hadîz indica que las obras son parte integrante de la Fe (Imân), ya que el amor es una obra que tiene lugar en el corazón. El amor por el Mensajero de Alá r es obligatorio, y una consecuencia del amor a Alá I, el amor al Profeta aumenta a medida que se acrecienta el amor por Alá I en el corazón del creyente, y disminuye si éste disminuye. Todo aquél que ama a Alá I ama por Él y para Él, y por eso ama la Fe y las obras piadosas.     Dijo el Mensajero de Alá r: “Quien obtenga tres cualidades encontrará la dulzura de la Fe: Quien ame a un hombre y le ame sólo por la causa de Alá; quien ama sobre todas las cosas a Alá y su Profeta, y quien aborrece volver a la incredulidad...” . “Quien obtenga tres cualidades encontrará la dulzura de la Fe”, con la palabra “dulzura” se intenta describir una sensación (dhaûq) que tiene lugar en el corazón cuando éste experimenta la felicidad y la gracia que lo alimenta. Dijo As Suîûtî: “La frase: ‘dulzura de la Fe’ es una metáfora que compara el deseo del creyente por la Fe (Imân) con un elemento dulce, evidenciando la existencia real de su consecuencia”. Dijo An Naûaûî: “El significado de ‘la dulzura de la Fe’ es saborear los actos de adoración y soportar las dificultades, dando más importancia a ello que a los asuntos mundanos. Por eso la demostración del amor del siervo por su Señor y Su Mensajero es cumplir con los actos de obediencia y apartarse de las prohibiciones”.  El amor al que se hace mención en la frase: “Quien ama sobre todas las cosas a Alá y su Profeta” es el amor humano que la persona siente hacia sus hijos, esposa o bienes materiales. Sin embargo Al Jattâbi dijo: “El amor al que se hace referencia es ‘el amor consciente o devocional”.  En cuanto al amor idólatra ya sea mucho o poco se opone al amor a Alá I y su Mensajero r. Dice el Hadîz: “Amad a Alá con todo vuestro corazón”. Un signo del amor por Alá I, es amar lo que Él ama y odiar lo que Él odia, dando prioridad a Su complacencia, buscándola con todo su potencial, apartándose de lo ilícito y despreciándolo. Siguiendo el ejemplo y la senda del Mensajero de Alá r, tal como dice el Corán: “Quien obedezca al Mensajero obedece a Alá”. (4:80). Quien dé prioridad a las ordenes u opiniones de otros sobre las del Mensajero de Alá r, evidencia su falta de amor por Alá y su Mensajero. El amor al Profeta r es una consecuencia del amor a Alá I, por lo que quien ame a Alá I y le obedezca, amará al Mensajero y le obedecerá. Una consecuencia directa del amor a Alá I es el respeto por los piadosos y devotos, así como el amor por los Profetas, los Enviados y los creyentes sinceros. El amor por todo aquello que es amado por Alá I es parte de la perfección de la Fe.     “Quien aborrece volver a la incredulidad...”, este Hadîz es una refutación a los extremistas que consideran que el musulmán que comete un pecado o desobediencia habrá perdido la totalidad de su Fe, aunque se arrepienta posteriormente. Lo correcto es que si el musulmán no se arrepiente tras cometer un pecado o desobediencia, su Fe habrá disminuido, pero si se arrepiente su Fe no disminuye ni se corrompe. Narró Ibn ‘Abbâs que el Mensajero de Alá r dijo: “Quien ame por Alá, y odie por Alá; sea aliado por Alá y enemigo por Alá, habrá de alcanzar la amistad y  protección de Alá. El siervo no ha de encontrar el sabor de la Fe hasta que así sea, aunque sea mucha su oración y su ayuno”.  “Quien ame por Alá” amando a los musulmanes creyentes por Alá I y en obediencia a Él. “Y odie por Alá” al politeísmo y el pecado incluso si es una persona muy cercana quien lo comete, tal como dice en el Corán: “No encontrarás ningún pueblo que crea en Alá y en el Día del Juicio que sienta amor por quienes rechazan a Alá y a Su Mensajero, aunque éstos sean sus padres, sus hijos, sus hermanos o sus parientes. A éstos [Alá] ha grabado la fe en sus corazones, les ha fortalecido con Su luz y les ingresará eternamente en jardines por donde corren los ríos. Alá se complace de ellos y ellos de Él. Éstos son quienes creen en Alá. ¿Acaso no son quienes creen en Alá los triunfadores?” (58:22) “Sea aliado por Alá y enemigo por Alá”, esto es una condición del autentico amor a Alá I, ya que quien ama a Alá I ama por su causa, y especialmente ama a Sus amigos (aliados). Así como se enemista con aquellos que se oponen a Alá I y su religión (Dîn), y también aquellos que cometen pecados. A medida que se acrecienta el amor por Alá I en el corazón del siervo estos sentimientos se tornan más fuertes, y con su incremento se completa el monoteísmo (Taûhîd). “De esa manera se alcanza la amistad y protección de Alá”, la amistad de Alá I significa Su cercanía, amor, protección y apoyo. Transmitió Ahmad y At Tabarânî que el Mensajero de Alá r dijo: “El siervo no habrá de sentir la pureza de la Fe hasta que ame por Alá y se enemiste por Alá. Cuando lo logra se hace merecedor de la amistad de Alá”. Otra narración dice: “El asidero más firme de la Fe es el amor por Alá y el odio por Alá”. “El siervo no ha de encontrar el sabor de la Fe” ni su dulzura, aunque sea mucha su oración y ayuno, a menos que ame por Alá y odie por Alá, se alíe por Alá y se enemiste por Alá I. Narró Abû Umamah que el Mensajero de Alá r dijo: “Quien ame por Alá, odie por Alá, dé por Alá y niegue por Alá habrá completado su Fe (Imân)”. Hoy en día la mayoría de las relaciones son por asuntos mundanales, y por lo tanto no aportan a la fe sino que por el contrario perjudica, tal como dijo Alá I: “Sabed que ese día, los amigos [en la incredulidad] serán enemigos unos de otros, y no así quienes hayan temido a Alá”. (43:67) Ha sucedido tal como lo profetizara el Mensajero de Alá r cuando dijo: “El Islam ha comenzado como un ser extraño, y ha de volver a ser un extraño tal como empezó”. Los Sahâba durante la vida del Profeta r y los califatos de Abû Bakr y ‘Omar demostraban altruismo total en beneficio de sus hermanos, por amor a Alá I y como forma de acercarse a Él, tal como se menciona en el Corán: “Quienes estaban establecidos en Medina y aceptaron la fe antes de su llegada, aman a los que emigraron a ellos, no sienten envidia alguna en sus corazones por lo que se les ha dado [del botín] y les prefieren a sí mismos aunque estén en extrema necesidad. Quienes hayan sido preservados de la avaricia serán los triunfadores”. (59:9). Abû Hurairah narró que el Mensajero de Alá r dijo: “Ciertamente Alá ha dicho: Quien le demuestre hostilidad a un amado Mío le declararé mi enemistad. Mi siervo no se acerca a Mí con algo más querido para Mí que cumpliendo con lo que le he ordenado, y si Mi siervo sigue acercándose a Mí a través de los actos voluntarios Yo lo amaré. Y cuando lo ame seré su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que golpea y su pierna con la que camina. Si Me pide algo se lo concederé, y si busca refugio en Mí lo protegeré”. Registrado por Al Bujâri. Los piadosos son de dos tipos: 1- Aquellos que se acercan a Alá I a través del cumplimiento de todo lo prescripto como obligatorio, e incluye tanto la observancia de los preceptos como la abstinencia de los pecados. 2- Aquellos que se acercan a Alá I a través de los actos voluntarios además de los obligatorios. Evidentemente que la mejor forma de acercarse a Alá I y ser un siervo piadoso es obedeciendo Sus órdenes, las cuales nos llegaron a través de Su Mensajero Muhammad r. Quien alegue seguir otro camino se engaña a si mismo y pierde el camino. Alá I dice sobre los idólatras: “Aquellos que toman a otros como protectores [y objeto de adoración] fuera de Él dicen: Sólo les adoramos para que nos acerquen a Alá [e intercedan por nosotros]...” (39:3) El primer grupo lo forman aquellos que buscan acercarse a Alá I a través del cumplimiento de lo que Él estableció como obligatorio. El acto de adoración más grandioso es el salâh (la oración). Alá I dice: “Prostérnate [ante Alá] y acércate a Él [con tus obras]”. (96:19) El Profeta r dijo: “El siervo se encuentra más cerca de su Señor en el momento que está prosternado”. El segundo grupo lo integran aquellos que, además de cumplir con lo que es obligatorio, buscan acercarse a Alá I realizando actos voluntarios y absteniéndose de cometer pecados, por más leves que éstos sean. La recompensa por todo esto es alcanzar el amor de Alá I; y cuando Alá ama a una persona, Le facilita ser obediente y acercarse más a Él. El Profeta r dijo: “Alá me dijo en un sueño: ¡Oh, Muhammad! Di: ¡Oh, Alá! Te pido me concedas amarte y amar a quienes Te aman, y Te suplico me facilites poder realizar buenas acciones que me hagan amarte”. “Y cuando lo ame seré su oído con el que escucha...” Significa que cuando el musulmán se esfuerza para aproximarse a Alá I obedeciendo todas Sus órdenes, apartándose de los pecados y realizando actos voluntarios, Alá eleva su fe hasta alcanzar el grado más alto, y es allí cuando puede adorarlo como si Le estuviese viendo, con total sentimiento de que Él lo está observando en todo momento, llenando así su corazón de amor por Él. Entonces, cuando sólo Alá habita el corazón del creyente, sus obras son dictadas por su corazón y hace sólo lo que complace a Alá I. Todos sus órganos se vuelven obedientes acatando lo que dicta el corazón y absteniéndose de lo que prohíbe. “Si Me pide algo se lo concederé, y si busca refugio en Mí lo protegeré.” Significa que este siervo piadoso que se encuentra próximo a Alá I tiene el privilegio de obtener todo lo que Le pide.