Que la tormenta de la crisis económica haya arremetido hoy en día contra oriente y occidente es algo que no se puede ocultar ni negar. Es un hecho sin precedentes que hizo temblar los cimientos de la economía y que desveló a los políticos, economistas, pensadores y a todo aquel que está en el juego de las finanzas. Sus causas y consecuencias a corto y largo plazo son múltiples, tanto así, que generó preocupación por todas partes e hizo que los analistas saturaran los medios con sus conclusiones, que se escribieran cientos de libros sobre un asunto que era confuso y del que nadie quería asumir la responsabilidad.