Ninguna lesión ni enfermedad toca a un ser humano sin el permiso de Dios. Antes de hablar sobre cómo un creyente se comporta cuando está enfermo o lesionado, es importante entender lo que enseña el Islam sobre la vida en este mundo. Nuestra existencia aquí en la Tierra no es más que un paso transitorio en el camino hacia nuestra vida real en el más allá. El Paraíso o el Infierno, uno de ellos será nuestra morada permanente. Este mundo es un lugar donde estamos a prueba. Dios lo creó para nosotros, para nuestro disfrute, pero es un lugar de más que solo placeres mundanales. Es aquí donde realmente cumplimos nuestro propósito verdadero; vivimos nuestras vidas basados en la adoración a Dios. Reímos, jugamos, lloramos y sentimos dolor y tristeza, pero cada condición y cada emoción son de Dios. Reaccionamos con paciencia, agradecimiento y esperanza por la recompensa eterna. Tememos el castigo eterno y sabemos con certeza que Dios es la fuente de toda misericordia y todo perdón.