التواب
التوبةُ هي الرجوع عن الذَّنب، و(التَّوَّاب) اسمٌ من أسماء الله...
De Abu Huraira o de Abu Said Al Judrí, Al-lah esté complacido con los dos, que dijo: “Durante la expedición militar de Tabuk, le sobrevino a la gente el hambre y algunos dijeron: ‘¡Oh Mensajero de Al-lah! Si nos dieras permiso podríamos sacrificar algunos de nuestros camellos y así comeríamos y nos proveeríamos de grasa’. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, les dijo: ‘Hacedlo’. Pero Úmar, Al-lah esté complacido con él, se interpuso y dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al-lah! Si lo permites, disminuirán nuestros animales de monta. Sin embargo, les puedes pedir que traigan todo lo que les quede de sus provisiones y después invoca a Al-lah, suplicándole que ponga la baraca en nuestras provisiones y las aumente. Tal vez así Al-lah las bendiga con su baraca’. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijo: ‘Así será’. Así que pidió que trajeran una alfombra de piel y la extendió. Y después dijo que cada uno traiga las provisiones que le quedan. Un hombre trajo con un puñado de trigo, otro con un puñado de dátiles y otro con un pedazo de pan. Y así hasta que se acumuló sobre la alfombra una buena cantidad de alimentos. En ese momento, el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, suplicó a Al-lah la bendición para esos alimentos. Después, les dijo: ‘Ponedlo en vuestros recipientes’. Todos tomaron sus recipientes y los llenaron, de tal forma que no quedó ni un solo recipiente en todo el ejército sin llenar. Comieron hasta que se saciaron y aun así seguía sobrando. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijo entonces: ‘Atestiguo que no hay más dios que Al-lah y que yo soy Su Mensajero. Todo siervo que encuentre de su Señor, después de la muerte, sin dudar de estos dos testimonios, entrará en el Jardín’”.
En los tiempos de la expedición militar de Tabuk, a la gente le sobrevino el hambre y algunos dijeron: “¡Oh Mensajero de Al-lah! Si nos dieras permiso podríamos sacrificar algunos de nuestros camellos y así comeríamos y nos proveeríamos de grasa”. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, les dijo: “Hacedlo”. Pero Úmar, Al-lah esté complacido con él, se interpuso y dijo: “¡Oh Mensajero de Al-lah! Si lo permites, disminuirán nuestros animales de monta. Sin embargo, dile que traigan todo lo que les quede de sus provisiones y después invoca a Al-lah, suplicándole que ponga la baraca en nuestras provisiones y las aumente. Tal vez así Al-lah las bendiga con su baraca y las aumente’. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijo: “Así será”. Así que pidió que trajeran una alfombra de piel y la extendió. Y después dijo que cada uno traiga las provisiones que le quedan. Un hombre trajo con un puñado de maíz, otro con un puñado de dátiles y otro con un pedazo de pan. Y así hasta que se acumuló sobre la alfombra una buena cantidad de alimentos. En ese momento, el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, suplico a Al-lah la bendición para esos alimentos. Después, les dijo: “Ponedlo en vuestros recipientes”. Todos tomaron sus recipientes y los llenaron, de tal forma que no quedó ni un solo recipiente en todo el ejército sin llenar. Comieron hasta que se saciaron y aun así seguía sobrando. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijo entonces: Atestiguo que no hay más dios que Al-lah y que yo soy Su Mensajero. Todo siervo que encuentre de su Señor, después de la muerte, sin dudar de estos dos testimonios, entrará en el Jardín, ya sea entre los primeros que se salvarán del Fuego o después de pasar por él.