المقدم
كلمة (المقدِّم) في اللغة اسم فاعل من التقديم، وهو جعل الشيء...
De Abu Bakr As-Siddiq, Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Miré a los pies de los incrédulos idólatras cuando estábamos escondidos en la cueva de ellos que iban a nuestro acecho. Y dije: ‘¡Oh Mensajero de Al-lah, si uno de ellos mirara bajo sus pies, nos vería!’ Él me dijo: ‘Abu Bakr, ¿cuál crees que va a ser el destino de dos hombres si Al-lah es su tercero?’”.
Este suceso aconteció cuando el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, emigró de Meca a Medina, cuando hizo pública la llamada a abrazar el Islam y llamó a la gente a seguir su guía. Entonces, los idólatras se asustaron y le declararon la guerra, persiguiéndolo y lo causaron daños por medio de sus palabras y actos. Entonces, Al-lah le dio permiso para emigrar de La Meca a Medina. Y solo le acompañó Abu Bakr, Al-lah esté complacido con él, el guía que les indicaba el camino y un sirviente. Por lo tanto, emigró por orden de su Señor, y lo acompañó en su éxodo Abu Bakr, Al-lah esté complacido con él. Cuando los incrédulos idólatras supieron que había emigrado de La Meca, anunciaron una recompensa de doscientos camellos para quien lo traiga muerto y cien para quien haga lo mismo con Abu Bakr. Así que comenzó a perseguirlos la gente por las montañas, los valles y las cuevas y por todas partes, hasta que se detuvieron delante de la cueva en la que se escondía el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, junto a Abu Bakr. Era la cueva de Zaur en la que se escondieron durante tres noches, hasta que se calmó la búsqueda que les acechaba. Entonces, Abu Bakr, Al-lah esté complacido con él, dijo “¡Oh Mensajero de Al-lah, si uno de ellos mirara bajo sus pies, nos vería!” Él le dijo: “Abu Bakr, ¿cuál crees que va a ser el destino de dos hombres si Al-lah es su tercero?”. En el Corán consta que dijo también: “No te aflijas, pues en verdad Al-lah está con nosotros” [Corán, 9: 40]. Cuando dice “¿cuál crees que va a ser el destino de dos hombres si Al-lah es su tercero?”, se refiere a que nadie será capaz de infringirles un daño si están en la compañía de Al-lah, puesto que solo Él es el que da y el que quita sin que nadie lo pueda evitar. “Di: ‘¡Oh, Al-lah, Soberano Absoluto! Tú concedes el poder a quien quieres y se lo quitas a quien quieres, fortaleces a quien quieres y humillas a quien quieres. Todo el bien descansa en Tus manos. Tú tienes poder sobre todas las cosas” [Corán, 3: 26].