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El comportamiento ideal del musulmán : El musulmán y sus vecinos

الإسبانية - Español

المؤلف Muhammad Isa Garcia ، Oficina de Dawa en Rabwah - Riyadh
القسم مقالات
النوع نصي
اللغة الإسبانية - Español
المفردات النكاح - الفضائل
El comportamiento ideal del musulmán : El musulmán y sus vecinos

التفاصيل

El musulmán correcto, que sigue las enseñanzas de su religión es el mejor vecino, siempre es respetuoso, amable y considerado con ellos. - El buen trato a los vecinos El musulmán correcto es consciente de las numerosas enseñanzas islámicas concernientes a los vecinos, y del elevado rango que tienen en la escala de las relaciones interpersonales. Alá ha ordenado tratar bien a los vecinos en el Sagrado Corán: {Adorad a Alá y no Le asociéis nada. Sed benevolentes con vuestros padres, parientes, con los huérfanos, pobres, vecinos parientes y no parientes, el compañero, el viajero insolvente...} [4:36] Los ‘vecinos parientes’ son aquellos con los que uno comparte algún lazo de parentesco o de religión; los ‘vecinos no parientes’ son aquellos con los que no hay ningún lazo excepto la vecindad; y el ‘compañero’ es el amigo, colega o compañero de viaje. Todos los vecinos tienen derechos de vecindad sobre el musulmán, aunque no haya relación de parentesco ni religión. Este derecho del vecino sobre el musulmán es una demostración de la tolerancia y convivencia en la diversidad que promueve el Islam. Son numerosísimas las enseñanzas del Profeta r que ordenan el buen trato a los vecinos, sin tener en cuenta el parentesco o factores religiosos, y confirman la importancia de la buena relación con los vecinos en el Islam. El Mensajero de Alá r dijo: "El Ángel Gabriel me insistió tanto sobre el buen trato con los vecinos que llegué a pensar que los incluiría como herederos". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim Tanta es la importancia que da el Islam a comportarse correctamente con los vecinos que el Profeta r pensó que serían puestos al nivel de los parientes y por lo tanto tendrían derechos de sucesión similares. El Profeta r mismo siguió las indicaciones del ángel Gabriel y estimuló a los musulmanes a que honren a los vecinos tratándolos con mucha deferencia. En su sermón durante la Peregrinación de despedida, en la que resumió las enseñanzas más importantes del Islam, no omitió mencionar a los vecinos y dio énfasis en sus derechos a tal magnitud que Abû Umâmah también llegó a pensar que el Profeta r los convertiría en herederos legales: “Escuché decir al Profeta r cuando se sentó en su camella durante la Peregrinación de despedida: "Les ordeno tratar correctamente a los vecinos". E insistió tanto que pensé que les iba a dar derecho a recibir herencia”. Transmitido por At-Tabarâni con un Isnâd Yaiid El buen trato a los vecinos y evitar dañarlos o incomodarlos es tan importante que el Profeta r lo describió como una de las señales de la verdadera fe en Alá y en el Día del Juicio: "Quien crea en Alá y en el Día del Juicio que trate bien a su vecino; quien crea en Alá y en el Día del Juicio que honre a su huésped y sea generoso con él; quien crea en Alá y en el Día del Juicio que hable el bien o permanezca en silencio". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim Según un Hadîz registrado por Al-Bujâri el Profeta r dijo: "Quien crea en Alá y en el Día del Juicio que no perjudique ni incomode a su vecino". - El musulmán correcto es tolerante con sus vecinos El musulmán que sigue las enseñanzas islámicas es tolerante con sus vecinos; es humilde, amable y cordial cuando se relaciona con ellos. Siempre trata de beneficiarlos y está atento a sus necesidades, ya que el Profeta r dijo: "Ninguno de vosotros debería impedir a su vecino apoyar un madero en su pared". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim - Desea para su vecino lo que desea para sí mismo El musulmán guiado por su religión es bondadoso y considerado, e intenta siempre tener una comunicación fluida con su vecino. Es sensible con su vecino, comparte su alegría y se solidariza con su dolor. Es más, desea para su vecino lo que desea para sí mismo, siguiendo las instrucciones del Profeta r: "Ninguno de vosotros completará su fe hasta desee para su hermano lo que desea para sí mismo". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim Según un Hadîz registrado por Muslim, el Profeta r dijo: "Por Aquel en Cuyas manos está mi alma, ningún siervo completará su fe hasta que ame para su hermano lo que ama para sí mismo". El musulmán es atento incluso a que su vecino puede ser afectado por el olor agradable a comida que proveniente de su casa, y que puede provocarle hambre, especialmente si sus vecinos son pobres o no tienen para satisfacer sus necesidades. Puede haber niños pequeños o huérfanos entre ellos. El musulmán correcto siempre está alerta a la responsabilidad social que el Profeta r infundió en los musulmanes cuando le dijo a Abû Dharr: "¡Abû Dharr! Si cocinas alguna comida, hazla con mucho caldo, y compártela con tu vecino". Transmitido por Muslim Según otro informe dijo: "Si cocinas algún caldo, agrégale más agua, piensa en las familias que viven en tu barrio y envíales algo". Transmitido por Muslim La conciencia del musulmán le impide ignorar la pobreza de sus vecinos y las dificultades que puedan atravesar mientras él vive con facilidad y plenitud. ¿Cómo podría ignorar la situación de su vecino sabiendo lo que ha dicho el Profeta r al respecto? "No cree en mí quien come hasta saciarse mientras su vecino tiene hambre, siempre que sepa de ello". Transmitido por At-Tabarâni y Al-Bazzâr con un Isnâd Hasan "No es creyente aquel que come hasta saciarse mientras su vecino pasa hambre". Transmitido por At-Tabarâni y Abû Ia‘la. Como autocrítica, los musulmanes debemos saber que tenemos responsabilidad tanto individual como colectiva en la miseria que ha afligido a la humanidad a lo largo de la historia. Debido a nuestra falta de aplicación de los verdaderos principios islámicos existe pobreza, explotación, hambre y carencia en el mundo. Al mismo tiempo que la humanidad ha conquistado el espacio y puso al hombre en la luna entre otros asuntos superfluos, existen en la actualidad 854 millones de personas en el mundo que pasan hambre o están subalimentados. Cada día 16.000 niños mueren en el mundo por algo relacionado a la falta de una correcta nutrición. Eso significa un niño cada 5 segundos, subhanallah! ¿Acaso creemos que por ser musulmanes y dar de desayunar a los ayunantes pobres en Ramadán no seremos preguntados por Alá el Día del Juicio por el hambre que hay en el mundo? Cierta vez leí sobre la historia de una mujer europea que se había ofrecido para trabajar como enfermera en alguna región de África donde la desnutrición es corriente y crónica. Ella casi enloquece cuando tuvo que presenciar una lucha sangrienta entre algunos niños que debido al hambre disputaban salvajemente por un pedazo de pan. La lucha no se detuvo hasta que un niño sacó el ojo del otro. Ninguno de esos niños superaba los 8 años. El hambre y la desnutrición han causado que muchísimos de estos niños parezcan esqueléticos, enfermen con mucha facilidad y muchos estén al borde de la muerte cada día. Al mismo tiempo que esto pasa en África, Asia y América Latina, vemos como las naciones ricas que constituyen sólo el 20% de la población mundial poseen el 80% de la riqueza y los recursos mundiales, realizando actos inmorales para mantener estos estándares. Sólo por citar algunos ejemplos, la Comunidad Europea gasta millones para destruir un superávit de alimentos que pueda bajar el precio de los alimentos. Norte América subsidia a sus productores agropecuarios con millones de dólares anualmente para que no cultiven y mantener altos los precios en los mercados mundiales. Todo esto cuando miles o quizá millones de personas mueren de hambre o tienen un altísimo grado de desnutrición en África, Asia y América latina. La enseñanza humanitaria del Islam no permite siquiera que un pobre pueda sufrir debido al olor agradable proveniente de lo que está cocinando su vecino, mientras que el materialismo de algunas naciones amenaza a millones de personas que están al borde de morir por desnutrición, sólo para mantener alto el precio de sus productos. Qué enorme responsabilidad cabe a los musulmanes de llevar la antorcha encendida de un árbol bendito, que no es de Occidente ni de oriente, que puede iluminar la oscuridad del paganismo materialista actual, para llenar de luz los corazones y las mentes, restaurar la guía, y brindar una alternativa de seguridad y prosperidad al mundo. El musulmán que entiende las enseñanzas de su religión se apresura para tratar a su vecino de la mejor manera. Nada es insignificante cuando se trata de honrar al vecino, como pueden pensar equivocadamente algunas personas. Alguien podría considerar que algo es demasiado pequeño para regalar, y por eso se prohíben de hacerlo, privándose a sí mismos y sus prójimos de mucha bondad. El Profeta r en cierta ocasión se dirigió a las mujeres corrigiendo este mal entendido: "¡Musulmanas! No consideren ningún regalo como insignificante para dar a un vecino. Den de comer aunque sea una pata de oveja". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim La pata de oveja es algo de poco valor, pero es mejor que nada, y ninguna mujer debe sentirse avergonzada por dar un regalo de poco valor a un vecino. Alá dice: {Quien haya realizado una obra de bien, por pequeña que fuere, verá su recompensa.} [99:7] El Profeta r dijo: "Protéjanse del Fuego aunque sea dando un dátil como caridad". Transmitido por Al-Bujâri Pero también puede tomarse este Hadîz en términos generales para significar que el destinatario no debe menospreciar cuando le es dado un regalo por insignificante que sea. El significado del Hadîz sería entonces: Nadie debería despreciar un regalo ofrecido por su vecina, aunque sea tan solo la pata de una oveja. Más bien, debe agradecerle, porque la gratitud genera lazos de amistad entre los vecinos, y anima al apoyo mutuo y a la solidaridad. Agradecer los favores es un rasgo característico del Islam. El Profeta r enseñó: "Quien no le agradece a las personas no Le agradece a Alá". Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad - Ser generoso con todos los vecinos El musulmán correcto no restringe su buen trato a los vecinos que tienen algún lazo de parentesco o que son musulmanes, sino que también extiende su generosidad a los vecinos que no son musulmanes, para que la convivencia pacífica que pregona el Islam pueda ser comprendida. El Sahâba ‘Abdullah Ibn ‘Amr había sacrificado una oveja y le preguntó a su sirviente: ¿Le has enviado un poco de carne a nuestro vecino judío? Yo escuché al Profeta r decir: "El Ángel Gabriel insistió tanto con el buen trato a los vecinos que pensé que los incluiría como herederos". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim Este Hadîz nos indica que los Sahâba no diferenciaban entre el vecino musulmán y el no musulmán a la hora de ser generoso y solidario. La Gente del Libro (judíos y cristianos) que han vivido en los países Islámicos durante siglos saben que su honor, sus riquezas y sus creencias están seguras, ya que han disfrutado las buenas relaciones del vecino, el buen trato y la libertad de culto desde siempre. Evidencia de esto es la existencia de antiguas iglesias y sinagogas a lo largo del mundo islámico. El Islam pregona el bienestar de los vecinos judíos y cristianos de acuerdo con las enseñanzas del Corán: {Alá no os prohíbe ser benevolentes y equitativos con quienes no os han combatido por causa de la religión ni os han expulsado de vuestros hogares, pues ciertamente Alá ama a los justos.} [60:8] - La prioridad es del vecino cuya casa se encuentra más próxima El musulmán correcto no se olvida del sistema preciso que estableció el Islam cuando prescribió el buen trato a los vecinos. El Islam le dio prioridad al vecino cuya casa está más cercana, luego a la que le sigue en proximidad, y así sucesivamente. Esto tiene en cuenta la proximidad de los vecinos cuyas casas están cerca entre sí, los problemas que puedan surgir entre ellos y la importancia de mantener la amistad y la armonía. ‘Â’ishah t dijo: ¡Mensajero de Alá! Tengo dos vecinos ¿A cuál debo enviar un regalo? Le respondió: "Al que la puerta de su casa esté más cercana a la tuya". Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad Los Sahâbah eran muy conscientes de la enseñanza islámica respecto al buen trato de los vecinos, y priorizaban la generosidad con los vecinos cuyas casas estaban más cercanas. Al respecto, Abû Hurairah t dijo: “No se comienza con el vecino cuya casa está alejada, sino con el más cercano”. Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad Este sistema de prioridad en el buen trato no significa que el musulmán debe ignorar al vecino que está lejos de su casa. Se considera que todos alrededor de la casa son vecinos y gozan de los derechos del vecino. Este sistema es meramente una cuestión de organización, ya que el Profeta r nos exhortó a cuidar del vecino más cercano porque es con quien normalmente hay más contacto e interacción. - El musulmán es el mejor vecino La generosidad con los vecinos está profundamente arraigada en la conciencia del musulmán y es uno de sus rasgos más característicos. El musulmán correcto que ha crecido bajo las enseñanzas del Islam no puede sino ser el mejor de los compañeros y el mejor de los vecinos. Dijo el Profeta r: "Ante Alá, el mejor de los compañeros es aquel que mejor trata a sus compañeros. Ante Alá, el mejor vecino es el que mejor trata a sus vecinos". Transmitido por At-Tirmidhi con un Isnâd Sahîh Para el Islam un buen vecino es aquel cuya presencia es una fuente de contención, seguridad, ayuda y alegría. El Profeta r honró al buen vecino describiéndolo como uno de los pilares de la felicidad en la vida del musulmán: "Entre los motivos de felicidad para un musulmán en esta vida se encuentran tener un buen vecino, una casa espaciosa y un buen corcel". Transmitido por Ahmad y Al-Hâkim con un Isnâd Sahîh Los Salaf apreciaban tanto tener un buen vecino que lo consideraban una bendición de Alá. Una de las historias que reflejan este concepto es la del vecino de Sa‘îd Ibn Al-‘Âs, que quería vender su casa por cien mil dinares, y decía: Este es el precio de la casa, pero no sé cuál es el precio de tener a Sa‘îd como vecino. Cuando Sa‘îd se enteró de lo que decía, envió la suma de dinero por la casa y le pidió a su vecino que se quedara en ella. Un buen vecino es una albricia del Paraíso, pero un mal vecino, es un tormento del Infierno. Tener un mal vecino es algo que desagrada al musulmán sensible, y no puede pensar en eso sin estremecerse y preocuparse. El mal vecino es una persona que está privada de la bendición de la fe, que es la gracia más grande que el Creador ha concedido a los seres humanos. El Profeta r describió de una manera elocuente la pérdida de esta bendición cuando dijo: "¡No es un creyente! ¡No es un creyente! ¡No es un creyente!". Le preguntaron: ¿A quién te refieres Mensajero de Alá? Respondió: "A quien perjudica a su vecino". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim En un Hadîz registrado por Muslim, dijo r: "No entrará al Paraíso quien sea malvado con su vecino". Qué enorme debe ser el pecado del mal vecino, ya que su comportamiento lo está privando de las bendiciones de la fe y le impide la entrada al Paraíso. El musulmán correcto escucha estas enseñanzas con una mente abierta y hace autocrítica. Por eso evitará discutir o pelearse con alguno de sus vecinos, porque eso significaría destruir su fe y toda esperanza de éxito en la otra vida. Ésta sería la pérdida más grande, y el sólo hecho de pensarlo hace temblar al musulmán conciente. - Las buenas acciones del mal vecino no son aceptadas No nos debería sorprender que las buenas acciones del mal vecino no sean aceptadas. Según numerosos Hadices las buenas obras no serán de ninguna utilidad mientras se continúe maltratando al vecino, porque en el Islam las buenas acciones están siempre basadas en la fe, y como señalamos en el Hadîz anterior el mal vecino destruye su fe, y como consecuencia sus buenas acciones no son aceptadas. Le fue dicho al Profeta r: ¡Mensajero de Alá! Tal mujer se pasa las noches rezando, ayuna durante el día y también da caridad, pero ofende a sus vecinos con su maledicencia. Entonces el Profeta r dijo: "Sus buenas acciones no le serán de ninguna utilidad, ella estará entre los moradores del Infierno". Alguien dijo: Fulana reza solamente las oraciones obligatorias, da caridad, pero no ofende a nadie. Entonces el Profeta r acotó: "Ella estará entre los moradores del Paraíso". Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad El mal vecino es una de los tres peores clases de persona, según lo definió el Profeta r: "Tres son las peores clases de personas: El gobernante que cuando haces el bien no lo reconoce y cuando te equivocas no perdona; el mal vecino que si ve algo bueno de ti lo oculta y si ve algo malo de ti lo difunde; y el cónyuge que cuando estás presente te fastidia y si te marchas te traiciona". Transmitido por At-Tabarâni. El musulmán inteligente tiene un claro concepto del mal vecino, por las descripciones del Profeta r, y por eso se abstiene de ser así tanto como mantiene distancia de una persona con tales características. - El musulmán correcto evita perjudicar a su vecino El musulmán correcto es muy cuidadoso y evita cometer pecados en detrimento de su vecino, porque un pecado contra un vecino es peor que otros pecados. Como ejemplo de esta regla, podemos citar cuando el Profeta r preguntó a sus Compañeros sobre el adulterio y ellos respondieron: Es Harâm; Alá y Su Mensajero lo han prohibido. Entonces él les dijo: "El pecado de un hombre que ha cometido adulterio con diez mujeres es menor que el de aquel que lo ha hecho con la esposa de su vecino". Luego les preguntó sobre robar, y ellos respondieron: Es Harâm; Alá y Su Mensajero lo han prohibido. Entonces les dijo: "El pecado de un hombre que ha robado diez casas es menor que el que roba en la casa de su vecino". Transmitido por el Imâm Ahmad en Al-Musnad. - Proteger el honor del vecino El Islam estimula a los musulmanes a esta noble actitud en muchos textos acerca del buen trato al vecino. El musulmán protege el honor de su vecino, oculta sus faltas, lo ayuda cuando está necesitado, recata la mirada, evita todo lo que pueda perjudicarlo y no incurre en alguna acción que pueda ser sospechosa o malinterpretada. No es ninguna sorpresa entonces, que el musulmán correcto sea el mejor vecino que cualquier persona quisiera tener. El musulmán que es sensible y consciente de las enseñanzas de su religión respecto al buen trato con los vecinos será muy cauto y evitará cualquier disputa que pueda surgir entre él y su vecino, debido a la advertencia del Profeta r: "Los primeros en enfrentarse (para saldar daños y perjuicios) el Día de Juicio serán los vecinos". Transmitido por Ahmad y At-Tabarâni con un Isnâd Hasan - No se niega a beneficiar a su vecino El verdadero musulmán no ahorra ningún esfuerzo para ayudar a su vecino con amabilidad y generosidad. Es cuidadoso en cumplir su deber, para no ser como dijo el Profeta r respecto al vecino descuidado: "Cuántas personas se agarrarán de sus vecinos el Día del Juicio, y dirán: ¡Señor mío! Él me cerró la puerta en la cara y me negó un trato amable y solidario". Transmitido por Al-Bujâri en Al-Adab Al-Mufrad Según el Islam, los musulmanes deben ser como una fuerte construcción. Cada ladrillo debe ser legítimo, y estar fuertemente ligado con los otros para hacer que la pared sea fuerte y resistente. De lo contrario será débil y colapsará. Así, el Islam construye esta pared con fuertes lazos espirituales, conservando su integridad y fuerza, para que no se resquebraje ante cualquier adversidad. El Profeta r dio a los musulmanes una metáfora maravillosa sobre la solidaridad y el apoyo mutuo en la sociedad: "Los creyentes son como una pared cuyos ladrillos encajan firmemente; cada uno se apoya en el otro". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim "Los creyentes en su amistad, misericordia y afecto, son como un solo cuerpo; cualquier parte de él que sufra una dolencia repercutirá en el resto del cuerpo con dolor y fiebre". Transmitido por Al-Bujâri y Muslim Si una religión pone tanto énfasis en la solidaridad de sus seguidores, es natural que esto fortalezca los vínculos entre los vecinos creando una sólida amistad, y generando compasión, solidaridad y buen trato entre ellos. - Soportar los errores y el mal trato del vecino El musulmán guiado por la luz del Islam es paciente con su vecino y no se enfada ni es rencoroso si su vecino comete un error o alguna negligencia. Es tolerante y comprensivo, esperando así obtener una recompensa de Alá y alcanzar Su amor y complacencia. Cierta vez, cuando Mutarrif Ibn ‘Abdullah encontró a Abû Dharr, le dijo: ¡Abû Dharr! Oí hablar de lo que has dicho y quería encontrarme contigo para preguntarte. Oí que has dicho que el Profeta r dijo: "Alá ama a tres personas y odia a tres". ¿Quiénes son los tres amados por Alá? Abû Dharr -citando lo dicho por el Profeta r- dijo: "Un hombre que lucha por la causa de Alá con perseverancia y anhelando Su recompensa, y lo hace hasta morir, esto lo encontrarás en el Libro de Alá". Entonces recitó: {Ciertamente Alá ama a quienes combaten en filas por Su causa, como si fueran una edificación sólida.} [61:4] Mutarrif preguntó: ¿Luego quién? Dijo: "Un hombre que tiene un mal vecino que lo molesta y fastidia pero él le tiene paciencia, y lo tolera hasta que Alá arregla el asunto durante su vida o con la muerte de alguno de los dos...". Transmitido por Ahmad y At Tabarâni con un Isnâd Sahîh - No paga con la misma moneda Una de las enseñanzas de esta religión, tal como el Profeta r explicó, es no devolver al vecino el mal que nos hizo, sino que lo correcto es ser paciente, tanto como se pueda, esperando que abandone su mal comportamiento cuando vea que su vecino no le responde con la misma moneda, sino que por el contrario es amable con él. Ésta es una de las actitudes más nobles y una forma muy efectiva de producir una influencia positiva en los malos hábitos que tienen algunas personas. Muhammad Ibn ‘Abdullah Ibn Sallâm t le dijo al Profeta r: Mi vecino me molesta. Pero él le dijo: "Ten paciencia". Al tiempo regresó por segunda vez y le dijo: Mi vecino me molesta. Pero el Profeta r nuevamente le dijo: "Ten paciencia". Luego regresó por tercera vez y dijo: Mi vecino me molesta. Entonces el Profeta r le dijo: "Regresa y pon todas tus cosas en la calle. Si alguien te pregunta, dile: Mi vecino vive perturbándome. Así él será culpado. Quien crea en Alá y en el Día del Juicio Final que honre a su vecino". Ver Haiâh As-Sahâbah, 3/50

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