الغني
كلمة (غَنِيّ) في اللغة صفة مشبهة على وزن (فعيل) من الفعل (غَنِيَ...
De Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Iba yo caminando con el Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz, por una tierra de piedras, en Medina, hasta que tuvimos a la montaña de Uhud enfrente y él me dijo: ‘¡Abu Dhar!’ Dije: ‘¡A tu servicio Mensajero de Al-lah!’ Dijo: ‘¡Cuánto me gustaría tener tanto como esta montaña en oro y que no pasaran tres días sin haberlo dado todo excepto un dinar que guardaría por si hubiera contraído alguna deuda! Lo repartiría entre los siervos de Al-lah a mi derecha, a mi izquierda y detrás de mí.’. Siguió caminando y luego dijo: ‘Verdaderamente, los más ricos, serán los menos recompensados el Día del Juicio, excepto los que den de su dinero tanto a su derecha como a su izquierda como detrás de sí. Y estos serán los menos’. Después me dijo: ‘¡Quédate en tu sitio! No te marches hasta que yo no vuelva’. Y partió en la oscuridad de la noche hasta que desapareció. Después oí una voz muy fuerte y temí que alguien hubiese asaltado al Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz. Pero no me moví, porque recordé que me dijo que no me moviera, hasta que vino y le dije: ‘He oído una voz que me hizo temer’. Y le mencioné el hecho. Él dijo: ‘¿La has oído?’. Le respondí: ‘Sí’. Dijo: ‘Era el ángel Gabriel que ha venido a mí para decirme: Aquel de tu pueblo que muera sin asociar nada con Al-lah entrará en el Jardín’. Y le pregunté: ‘¿Aunque haya fornicado y robado?’ Él me respondió: ‘Aunque haya fornicado y robado’”.
El significado de este hadiz: Abu Dhar, que Al-lah esté complacido con él, nos relata que iba caminando con el Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz, por una tierra de piedras negras, en Medina, hasta que tuvimos a la montaña de Uhud enfrente y el Mensajero le dijo: “Si tuviera tanto como la montaña de Uhud en oro me alegraría haberlo distribuido todo antes de que pasaran tres días, excepto un poco que guardaría para mis deudas o para otros asuntos míos”, es decir, que después de tres días desearía haberlo gastado todo. Esto indica que el Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz, era el más austero de todos los seres de la vida mundana (Dunia), porque no quería acumular dinero excepto una pequeña cantidad para sufragar sus deudas. De hecho el Mensajero, Al-lah le bendiga y le dé paz, murió habiendo dejado su armadura empeñada a un judío a cambio de un poco de cebada que tomó para alimentar a su familia. Si Al-lah, Ensalzado y Excelso, amara la vida mundana no se la habría impedido a su Mensajero, Él le bendiga y le dé paz. “La vida mundana (Dunia) está maldita y maldito todo cuanto hay en ella, excepto quien mencione a Al-lah, sus elegidos, el ulema y el aprendiz” y quien adore a Al-lah, Ensalzado y Excelso. Luego dijo: “Verdaderamente, los más ricos, serán los menos recompensados el Día del Juicio”: esto es, los opulentos de la vida mundana son los que menos buenas acciones el Día del Juicio. Esto es debido a que, por norma general, los más ricos en la vida mundana suelen creerse que se valen por sí mismo, son arrogantes y no cumplen con la adoración a Al-lah, ya que Dunia les embauca, por lo que tendrán abundancia en la vida mundana y escasearán sus buenos actos el Día del Juicio. Luego dice: “excepto los que den de su dinero tanto a su derecha como a su izquierda como detrás de sí” en el sendero de Al-lah. Luego dijo: “Y estos serán los menos”, esto es, escasean los que donan su dinero en el sendero de Al-lah. Después dijo: “Aquel que muera sin asociar nada con Al-lah entrará en el Jardín, aunque haya fornicado y robado”. Esto quiere decir que la fornicación y el robo son simples, sino más bien lo contrario: son muy graves. De ahí el énfasis que les da Abu Dhar, al preguntar: “¿Aunque haya fornicado y robado?” El Mensajero le respondió: “Aunque haya fornicado y robado”. Esto se debe a que esa persona habrá muerto siendo creyente pero habiendo cometido pecados muy graves. De hecho, Al-lah dice en su Libro: “En verdad, Al-lah no perdona que se atribuya divinidad a nada excepto a Él, pero perdona lo que es más leve a quien Él quiere” [Corán, 4: 48], por lo que Al-lah podría perdonarlo y no castigarlo por ello; y podría castigarlo y después enviarlo al Paraíso, puesto que todo aquel que no atribuya divinidad a nada excepto a Al-lah su destino final será el Paraíso. No obstante, quien sí asocie otra divinidad a Al-lah permanecerá eternamente en el Fuego y sus acciones quedarán inservibles, ya que los hipócritas le decían al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz: “¡Damos fe de que tú eres en verdad el Enviado de Al-lah!” [Corán, 63: 1]. De igual modo, mencionaban a Al-lah pero en ocasiones muy contadas, y oraban pero “cuando se disponen a hacer la oración, lo hacen con desgana” [Corán, 4: 140], y a pesar de ello, su destino será el peldaño más bajo del Fuego. Por lo tanto, este hadiz informa de la austeridad en la vida mundana y llama al ser humano a que no sienta apego por esta vida, sino a que Dunia esté en su mano, no en su corazón, para que así pueda destinar su corazón a la adoración de Al-lah, Ensalzado y Excelso. Esto sería el culmen de la austeridad. No quiere decir aquí que no haya que tomar nada de Dunia, sino que debes tomar de Dunia lo que te es lícito y no debes olvidar la parte que te pertenece en esta vida, pero mantenla siempre en tu mano, no en tu corazón. Es esto lo que verdaderamente importa.