الشاكر
كلمة (شاكر) في اللغة اسم فاعل من الشُّكر، وهو الثناء، ويأتي...
Narró Aisha, que Al-lah esté complacido con ella: “Alabado sea Al-lah cuyo oído alcanza todos los sonidos. Vino Jawla a ver el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- para quejarse de su marido, pero el Mensajero de Al-lah me ocultaba lo que ella le decía. Entonces, Al-lah Todopoderoso hizo descender esta aleya: ‘Al-lah ha oído en verdad las palabras de la que discuta contigo a propósito de su marido, y se queja ante Al-lah. Y Al-lah oye lo que ambos decían’ [Corán, 58: 1]”.
Jawla Bint Zaalaba estaba casada con Awas Ibn Asamit, pero él le dijo un día: “eres para mí como la espalda de mi madre”, esto es, que ya no me eres lícita porque te he repudiado. Ella se fue a ver al Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- y le contó lo que le había sucedido. El Mensajero de Al-lah le dijo: “ya no eres lícita para él”. Ella comenzó a decir con una voz tan baja que Aisha, que se encontraba cerca de ellos, no podía oír: ¿Me hace esto una vez que yo haya alcanzado esta edad tan avanzada? A Al-lah elevo mis quejas por el estado de mis niños. Si los retengo conmigo, pasarán hambre y, si los dejo ir con él, perderán. Este diálogo con el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- es lo que cita el Todopoderoso en su Libro: “Al-lah ha oído en verdad las palabras de la que argumenta contigo a propósito de su marido, y se queja ante Al-lah. Y Al-lah oye lo que ambos decían” [Corán, 58: 1]. Aisha dijo entonces, “Alabado sea Al-lah cuyo oído alcanza todos los sonidos”, es decir, que escucha y oye todo lo que se dice sin que se le escape nada, por muy oculto que esté. Vino Jawla a ver el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- para quejarse de su marido, pero el Mensajero de Al-lah me ocultaba lo que ella le decía. Entonces, Al-lah Todopoderoso hizo descender esta aleya: ‘Al-lah ha oído en verdad las palabras de la que argumenta contigo a propósito de su marido, y se queja ante Al-lah. Y Al-lah oye lo que ambos decís’ [Corán, 58: 1]”. Esto es: cuando Jawla vino a quejarse de su marido ante el Mensajero de Al-lah -la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él- lo hizo en voz baja, que Aisha no podía oír, pero a pesar de eso Al-lah lo oyó por encima de siete cielos e hizo descender la aleya mencionada. Esto es una de las pruebas más evidentes de que Al-lah oye, un hecho que es conocido por nuestra religión que solo puede negar aquellos descarriados. Lo que dice Aisha aquí significa que los compañeros del Mensajero de Al-lah, Él esté complacido con ellos, creían en los texto según el significado que de ellos se colegía, y esta práctica es la que ha querido Al-lah que hagan. Así lo ha querido de ellos, de otros encargados del conservar el mensaje y de su Mensajero, ya que si su entendimiento no fuese correcta, no se les dictaría seguirlo y se les habría indicado lo correcto. Tampoco habríamos hallado constancia de que interpretaban los textos según su significado más evidente, ya que por medio verídico o débil, a pesar de que hay motivos para transmitirlo así de ellos.