القوي
كلمة (قوي) في اللغة صفة مشبهة على وزن (فعيل) من القرب، وهو خلاف...
Yabir, que Al-lah esté complacido con él, narró: Partimos de viaje y uno de nosotros se golpeó con una roca lastimando su cabeza. Durante la noche tuvo un sueño húmedo y preguntó a sus compañeros si le era permitido efectuar la ablución seca para purificarse. Ellos dijeron: "No creemos que sea correcto usar tierra si tienes agua disponible". Luego de esto realizó la ablución mayor y falleció al poco tiempo. Al regreso le contamos lo sucedido al Mensajero de Al-lah y dijo: “¡Lo mataron! ¡Que Al-lah los mate! ¿Por qué no preguntaron si no sabían? La pregunta es la cura de la ignorancia. Era suficiente para él realizar la ablución seca, vendar su herida, pasar sus manos mojadas encima de la herida y luego lavar el resto de su cuerpo”.
Informa Yabir que Al-lah esté complacido con él, que partieron de viaje y uno de ellos se golpeó con una roca lastimando su cabeza. Durante la noche ese hombre tuvo un sueño húmedo y preguntó a sus compañeros si le era permitido realizar la ablución seca en vez de lavar el órgano herido. Ellos dijeron: “No creemos que sea correcto usar tierra si tienes agua disponible. Luego de esto realizó la ablución mayor que consiste en un baño completo y falleció al poco tiempo”, que Al-lah este complacido con él. Lo que significa que en ese caso no era permitido realizar la ablución seca mientras que había agua disponible, y la ablución seca se realiza solamente en la ausencia del agua. Sin embargo, el hombre al lavarse con agua la herida se agravó y falleció. Cuando los compañeros llegaron a Medina le contaron al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, lo que había sucedido y el Profeta dijo: “¡Lo mataron! ¡Que Al-lah los mate!”, suplicando contra ellos por lo que habían hecho ya que le provocaron la muerte, por un veredicto erróneo que dieron sin conocimiento. De ahí el hadiz dice: “La pregunta es la cura para la ignorancia”. Es decir que su obligación era preguntar y no apresurase en dar una respuesta sin conocer las consecuencias, que en este caso fueron fatales, pues falleció el hombre. Por tanto, la cura de la ignorancia es preguntar especialmente sobre lo que se desconoce su juicio legal. La persona no debe dar un veredicto si no está segura de que este acorde con los fundamentos de la Legislación Islámica, porque puede perjudicar a las personas. A continuación, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, aclara cual era el veredicto legal al decir: “Era suficiente para él realizar la ablución seca, vendar su herida, luego pasar sus manos mojadas por encima de la herida y finalmente lavar el resto de su cuerpo”. Eso era lo que se debió hacer, ya que está acorde a los fundamentos de la Legislación Islámica. De lo anterior concluimos que la persona que posee una herida o una fractura se le concede el permiso de lavar todo su cuerpo con agua, exceptuando la parte lastimada, la cual se higieniza pasando las manos mojadas sobre el vendaje que la cubre. Y en caso de estar enyesado, se debe realizar la ablución seca.