المليك
كلمة (المَليك) في اللغة صيغة مبالغة على وزن (فَعيل) بمعنى (فاعل)...
De Ibn Mas’ud, Al-lah esté complacido con él, que lo remontó al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz: “Que un hombre besó a una mujer y fue al Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz, y le informó de lo sucedido. Y Al-lah, Ensalzado sea, reveló esta aleya: “Y establece la oración al principio y final del día. Y también en la primera hora de la noche. Ciertamente las buenas acciones borran las malas” [Corán, 11: 114]. Y dijo el hombre: ‘¿Esto es por mí, Mensajero de Al-lah?’ Dijo: ‘Es para todo mi pueblo’”.
Ibn Mas’ud, Al-lah esté complacido con él, nos informa en este hadiz de que uno de los compañeros del Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, llamado Abu Al-Yusr, besó a una mujer con la que no tenía lazos directos de sangre que impidan su matrimonio y se arrepintió de ello, así que fue a ver al Profeta, Al-lah le bendiga y le dé paz, y le informó de lo sucedido. A raíz de ello, Al-lah, Ensalzado sea, hizo descender esta aleya: “Y establece la oración al principio y final del día. Y también en la primera hora de la noche. Ciertamente las buenas acciones borran las malas” [Corán, 11: 114]. Y dijo el hombre: “¿Esto es por mí, Mensajero de Al-lah?” Esto es, ¿es una obra de expiación solamente para mí o para todos los creyentes? El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, le dijo: “Es para todo mi pueblo”. Esto es, que las cinco oraciones mencionadas en la aleya son una obra de expiación para todo aquel miembro de mi pueblo que haga un acto semejante. Abu Al-Yusr relató lo sucedido diciendo: “vino una mujer a comprarme dátiles. Le dije: ‘En casa tengo otros dátiles mejores’, así que entró conmigo a casa y una vez ahí, me lancé sobre ella y la besé. Luego fui a ver a Abu Bakr y le conté lo que sucedió. Me dijo oculta este hecho, arrepiéntete y no se lo cuentes a nadie, pero no me pude aguantar. Así que fui a ver al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz y le conté lo sucedido. Él le dijo: ¡¿Eso has hecho con la esposa de uno de los que están en expedición militar luchando por la causa de Al-lah?! Tal aflicción le provocó esa reprimenda que deseó no haber abrazado el Islam hasta después de haber cometido tal falta, y creyó que ya era uno de las gentes del Fuego. El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, le dio una larga reprimenda hasta que Al-lah hizo descender esta aleya: “Y establece la oración al principio y final del día. Y también en la primera hora de la noche. Ciertamente las buenas acciones borran las malas” [Corán, 11: 114]. Abu Al-Yusr dijo: “Fui a verlo y me la recitó. Luego sus compañeros le preguntaron: ‘¿Mensajero de Al-lah, esta aleya es solamente por él o para todos?’ Él les contestó: ‘Es para todo mi pueblo’. Lo relato At-Tirmidí, número 3115. Le otorgó el grado de Hasan el Sheij Al-Albani, en su obra “Sahih wa daíf at-Tirmidhí”, número 3115. En otro hadiz, que dijo: “Si todo musulmán que cometa una falta, hiciese la ablución y rezase dos rakaas y le pide perdón a Al-lah, Ensalzado sea, por esa falta cometida, Al-lah lo perdonará”. Además, si lee esta dos aleyas: “Sin embargo, quien obre mal o sea injusto consigo mismo y luego pida perdón a Al-lah, hallará que Al-lah es indulgente, dispensador de gracia” [Corán, 4: 110], y “Y aquellos que, cuando han cometido un acto vergonzoso o han sido injustos consigo mismos, recuerdan a Al-lah y piden perdón por sus faltas, ¿pues quién puede perdonar las faltas sino Al-lah?, y no reinciden a sabiendas en el mal que hicieron” [Corán, 3: 135]. Lo relató Ahmad bajo el número 47 y su cadena transmisores fue declarada auténtica por el Sheij Ahmad Shaker. Esto es una muestra más de la grandeza de Al-lah para con sus siervos: hizo que las cinco oraciones obligatorias y las voluntarias sean una expiación de sus faltas. De no ser así estarían perdidos.