العالم
كلمة (عالم) في اللغة اسم فاعل من الفعل (عَلِمَ يَعلَمُ) والعلم...
De Abu Nayih Amru Ibn Abasa, Al-lah esté complacido con él, que dijo: “Pensaba yo antes del Islam (Yahilía) que la gente estaba extraviada y no hacía nada de provecho ante Al-lah mientras adoraban a los ídolos. Y oí que un hombre en Meca anunciaba hechos asombrosos. Así pues, me subí a mi montura y me encaminé hacia él. En ese tiempo el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, estaba oculto, ya que su pueblo estaba contra él. Actuando con suma delicadeza me presenté ante él en Meca y le pregunté: "¿Quién eres?" Dijo: "Soy un profeta". Le dije: "¿Y qué es un profeta?" Me dijo: "Me ha enviado Al-lah". Le dije: "¿Con qué te ha enviado Al-lah?" Dijo: "Me ha enviado para el mantenimiento de las buenas relaciones entre los parientes, para destrozar a los ídolos y para la unicidad de Al-lah sin asociarle nada". Dije: "¿Y quién está contigo en esto?" Dijo: "Un hombre libre y otro esclavo". Ese día estaban con él Abu Bakr y Bilal, Al-lah esté complacido con ambos. Dije: "Yo te seguiré". Dijo: "Verdaderamente, hoy no podrás con ello. ¿Acaso no ves mi situación y la de la gente? Sin embargo, puedes regresar a tu gente y cuando oigas que he hecho público mi anuncio, vienes". Así que regresé con mi gente como me fue ordenado. Después, el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, partió para Medina. Cuando un grupo de familiares míos fueron a Medina, les pregunté a su regreso: "¿Qué hizo ese hombre que partió para Medina?" Me dijeron: "La gente corre hacia él para alistarse en sus filas. Su gente quiso matarlo pero no lo consiguió". Más tarde, marché hacia Medina y fui a ver al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, y le dije: "¡Oh Mensajero de Al-lah! ¿No me conoces?" Dijo: "Sí, tú fuiste quien me vino a ver en Meca". Y le dije: "¡Oh Mensajero de Al-lah! Infórmame de lo que Al-lah te ha enseñado y que yo ignoro. Háblame de la oración". Dijo: "Reza la oración del alba y después abstente de rezar hasta que no se eleve el sol a la altura de la longitud de una lanza. Pues cuando el sol sale, lo hace entre los cuernos de Satán. Y en ese momento se postran ante él (el sol) los incrédulos. Después puedes rezar cuanto quieras, pues los ángeles presencian la oración, hasta el momento en que la sombra sea equivalente a la longitud de una lanza o de un hombre. Cuando el sol alcance el cenit, momento en el que se llena el Infierno, y comience el sol su descenso. Y esa es la oración del mediodía. Y cuando la sombra se agranda en dirección este, puedes rezar y los ángeles son testigos. Hasta que hagas la oración de la tarde. Después abstente de rezar hasta que se ponga el sol. Pues el sol se pone entre los cuernos de Satán y entonces es cuando los incrédulos se postran ante él (el sol)”. Le dije: “¡Oh Profeta de Al-lah! ¿Y la ablución? Háblame de ella”. Dijo: “Para la ablución el hombre se acerca al agua y se enjuaga la boca primero, después toma agua por la nariz y la echa. De esta forma desaparecen sus faltas hechas con la boca y la nariz. Después se lava la cara como Al-lah le ha ordenado, con agua hasta la punta de la barba, y sus faltas son borradas. A continuación se lava las manos y los brazos desde la yema de los dedos hasta los codos y se le borrarán las faltas cometidas con ellos. Después frota su cabeza de un extremo a otro de su pelo y se le borran las faltas debidas a su cabeza. Después lava sus pies, hasta los tobillos y las faltas motivadas por sus pies le serán borradas. Pues bien, si se levanta para rezar, da alabanzas a Al-lah, Todopoderoso, exaltando su Majestuosidad y Grandeza como le corresponde, glorificado sea, con el corazón sincero, enteramente concentrado en su oración y no distraído con otra cosa. Por todo ello sale sin una falta, igual que cuando su madre le dio a luz”. Amru Ibn Abasa relató este hadiz a Abu Umama, compañero del Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz. Y le dijo Abu Umama: “¡Oh Amru Ibn Abasa! Piensa lo que dices. ¿Es posible que este hombre reciba tanta recompensa por un mismo hecho o situación?” Dijo Amru: ‘¡Oh Abu Umama! Me he hecho viejo, mis huesos son ya débiles y mi hora se acerca. Así que, ¿qué necesidad tengo de mentir sobre Al-lah, Ensalzado sea, ni tampoco sobre el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz? Si no lo hubiera oído más de siete veces de boca del Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, no lo hubiese relatado nunca. De hecho lo he oído más veces”.
Amru Ibn Abasa Asalami, Al-lah esté complacido con él, nos narra su situación antes del Islam (Yahilía) y cómo Al-lah lo guió hacia el Islam. Estando aún en la Yahilía, él poseía una luz en su corazón que le indicó que la gente estaba extraviada y que asociaban otros seres a Al-lah. Él no compartía sus creencias. Un día oyó que un hombre en Meca anunciaba hechos asombrosos. Así que se subió a su montura y se encaminó hacia él. En ese tiempo el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, ocultaba el mensaje por temor a los incrédulos del clan de Quraich tomaran represalias contra él. Amru dijo: “Actuando con suma delicadeza me presenté ante él en Meca y le pregunté: "¿Quién eres?" Dijo: "Soy un profeta". Le dije: "¿Y qué es un profeta?" Me dijo: "Me ha enviado Al-lah". Le dije: "¿Con qué te ha enviado Al-lah?" Dijo: "Me ha enviado para el mantenimiento de las buenas relaciones entre los parientes, para destrozar a los ídolos y para la unicidad de Al-lah sin asociarle nada". En esto el Mensajero hace un llamamiento al sendero de Al-lah y aclara las bondades de esta religión, resaltando que lo más importante de la unicidad de Al-lah y los buenos modales. Le habló a Amru de lo ilícito de estos ídolos que adora la gente en ese momento. Por ello, Amru que acepta abrazar el Islam, sabía que lo que adoraban los incrédulos asociadores era ilícito. Él buscaba la fe verdadera, Al-lah Ensalzado y Excelso esté complacido con él. Así que, cuando fue a ver al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, le informó de que Al-lah le había enviado con ese mensaje. Dijo: "Me ha enviado para el mantenimiento de las buenas relaciones entre los parientes”, lo cual forma parte de los mejores modales, ya que las gentes de Meca difaman al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, diciendo que él incitaba a romper los lazos de parentesco. De este modo los desmintió el Mensajero de Al-lah. “Para destrozar a los ídolos”: derribar y romper todo aquello que se adore junto con Al-lah, Ensalzado sea. “Y para la unicidad de Al-lah sin asociarle nada". Dije: "¿Y quién está contigo en esto?", esto es, ¿quién ha abrazado este religión contigo? Dijo: "Un hombre libre y otro esclavo". El hombre libre era Abu Bakr y el esclavo, Bilal, Al-lah esté complacido con ambos. Dije: "Yo te seguiré". Dijo: "Verdaderamente, hoy no podrás con ello”. Esto significa que si sigue al Mensajero de Al-lah y abandona a su gente, estando aún en Meca, él no podrá protegerlo de aquellos que vayan a tomar represalias contra él. Por eso le dijo: permanece musulmán en secreto entre tu gente, hasta que se haga público. Entonces podrás venir y sumarte a nosotros. Esto está por otro lado motivado por la indulgencia que sentía por él, ya que Amru era un hombre débil. Le dijo: “Verdaderamente, hoy no podrás con ello ¿Acaso no ves mi situación y la de la gente?” Esto es, son muchos mis adversarios. Yo no tengo capacidad para enfrentarme a ellos, ¿cómo te voy a defender? Le dijo: “Sin embargo, puedes regresar a tu gente y cuando oigas que he hecho público mi anuncio, vienes". El significado es: permanece musulmán en secreto entre tu gente, hasta que se haga público. Entonces podrás venir y sumarte a nosotros. “Así que regresé con mi gente como me fue ordenado. Después, el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, partió para Medina. Cuando un grupo de familiares míos fueron a Medina, les pregunté a su regreso: "¿Qué hizo ese hombre que partió para Medina?" En este momento el seguía ocultando su fe islámica. No lo podía decir en público por temor de su gente. Me dijeron: "La gente corre hacia él para alistarse en sus filas. Su gente quiso matarlo pero no lo consiguió". Más tarde, marché hacia Medina y fui a ver al Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, y le dije: "¡Oh Mensajero de Al-lah! ¿No me conoces?" Dijo: "Sí, tú fuiste quien me vino a ver en Meca". Y le dije: "¡Oh Mensajero de Al-lah! Infórmame de lo que Al-lah te ha enseñado y que yo ignoro”: le pregunta por las pautas del Islam que le han sido reveladas. “Háblame de la oración". Dijo: "Reza la oración del alba y después abstente de rezar hasta que no se eleve el sol a la altura de la longitud de una lanza. Pues cuando el sol sale, lo hace entre los cuernos de Satán. Y en ese momento se postran ante él (el sol) los incrédulos. Después puedes rezar cuanto quieras, pues los ángeles presencian la oración, hasta el momento en que la sombra sea equivalente a la longitud de una lanza o de un hombre. Cuando el sol alcance el cenit, momento en el que se llena el Infierno, y comience el sol su descenso. Y esa es la oración del mediodía. Y cuando la sombra se agranda en dirección este, puedes rezar y los ángeles son testigos. Hasta que hagas la oración de la tarde. Después abstente de rezar hasta que se ponga el sol. Pues el sol se pone entre los cuernos de Satán y entonces es cuando los incrédulos se postran ante él (el sol)”. Esto quiere decir, que justo antes de la puesta de sol está prohibido rezar, justo igual que cuando sale el sol. El motivo aquí es que el sol se pone entre los cuernos de Satán. Por este motivo, al musulmán no le está permitido retrasar su oración de la tarde por elección hasta el momento justo anterior a la puesta de sol, ya que estaría asemejándose a la práctica de adoración de los incrédulos. Los que lo hacen, el Mensajero de Al-lah los llama hipócritas. Puesto que el hipócrita espera hasta ver que el sol empieza a apagarse para rezar rápidamente cuatro rakaas en las que apenas menciona Al-lah. Así que evita ser uno de estos, evita asemejarte a los incrédulos retrasando tu rezo de la tarde hasta que el solo empieza a apagarse. Dijo Úmar: le dije: “¡Oh Profeta de Al-lah! ¿Y la ablución? Háblame de ella”. Dijo: “Para la ablución el hombre se acerca al agua y se enjuaga la boca primero, después toma agua por la nariz y la echa. De esta forma desaparecen sus faltas hechas con la boca y la nariz...”, esto es, que el ser humano, cuando hace la ablución, sus faltas se las lleva el agua con la que ha hecho la ablución. Por lo tanto, las faltas de boca, nariz, cara u ojos se las lleva todas el agua. Amru Ibn Abasa relató este hadiz a Abu Umama, Al-lah esté complacido con él. Y Abu Umama le dijo: “¡Oh Amru Ibn Abasa! Piensa lo que dices. ¿Es posible que este hombre reciba tanta recompensa por un mismo hecho o situación?”. Es como si le hubiera parecido demasiada recompensa por un solo hecho, que se eliminen todas sus faltas por hacer lo que relata Amru. Es como si le quisiera decir: recuérdalo bien, porque quizás te has olvidado de algún detalle mencionado pro el Mensajero del Al-lah, Él le bendiga y le dé paz. La respuesta de Amru, Al-lah esté complacido con él: “¡Oh Abu Umama! Me he hecho viejo, mis huesos son ya débiles y mi hora se acerca. Así que, ¿qué necesidad tengo de mentir sobre Al-lah, Ensalzado sea, ni tampoco sobre el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz?” Al-lah libre a los compañeros del Mensajero de mentir acerca de lo que dijo nuestro Enviado o nuestro Sustentador, Alabado sea. Añadió: “Si no lo hubiera oído más de siete veces de boca del Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, no lo hubiese relatado nunca”. Esto es, este hadiz fue repetido por el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, siete veces. Cabe destacar que el número siete lo utilizan los árabes con el sentido de gran cantidad. Puede también aludir a que lo dijo más de siete veces: “De hecho lo he oído más veces”.