العشرة بين الزوجين
De Iyas Ibn Abdullah Ibn Abu Dhibab, Al-lah esté complacido con él, que el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijo: “¡No peguéis a las mujeres! Y vino Úmar, Al-lah esté complacido con él, y dijo: ‘Las mujeres se han envalentonado contra sus esposos’. Entonces permitió que se les pegara. Luego, muchas mujeres acudieron a la casa del Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, a quejarse de sus maridos. Entonces, el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijo: ‘Han acudido a la casa de Muhammad muchas mujeres quejándose de que sus maridos les pegan. Y no son esos hombres los mejores de entre vosotros’”.  
عن إياس بن عبد الله بن أبي ذباب -رضي الله عنه- قال: قال رسول الله -صلى الله عليه وسلم-: «لا تضربوا إِمَاءَ الله» فجاء عمر -رضي الله عنه- إلى رسول الله -صلى الله عليه وسلم- فقال: ذَئِرْنَ النساءُ على أزواجهن، فَرَخَّصَ في ضربهن، فَأَطَافَ بآل رسول الله -صلى الله عليه وسلم- نساءٌ كثيرٌ يَشْكُونَ أزواجهن، فقال رسول الله -صلى الله عليه وسلم-: «لقد أَطَافَ بآل بيت محمد نساءٌ كثيرٌ يَشْكُونَ أزواجهن، ليس أولئك بِخِيَارِكُمْ».

شرح الحديث :


El Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, prohibió golpear a las esposas, pero vino Úmar, Al-lah esté complacido con él, y le dijo: “Las mujeres se han envalentonado contra sus esposos”. Entonces, el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, permitió que se les pegara de forma leve si hay un motivo razonable para ello, como por ejemplo cuando los mujeres desobedecen a sus maridos. Al día siguiente, muchas mujeres acudieron a las casas de las esposas del Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, a quejarse de que sus maridos les estaban golpeando de forma severa. Parte del mal uso que algunos habían hecho de ese permiso, que el Mensajero de Al-lah, Él le bendiga y le dé paz, dijera: “Los hombres que golpean severamente a sus mujeres no son los mejores de entre vosotros”. Entre otros motivos está el hecho de que Al-lah hizo que la violencia contra la mujer sea la última opción para tratar los casos de rebeldía de la mujer contra su marido. El Todopoderoso dijo: “Pero a aquellas cuya animadversión temáis, amonestadlas; luego dejadlas solas en el lecho; luego pegadles” [Corán, 4:34]. Estos tres elementos no se citan como un conjunto sino como pasos a seguir ordenadamente. Se debe empezar por el consejo y la exhortación. Si esto surte efecto, Alabado sea Al-lah, pero si no, se les debe abandonar en los lechos conyugales. Si esto no surte efecto, el esposo debe golpearla de forma educativa e instructiva, nunca como venganza.  

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